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Opinión | Tengo miedo


Hoy en día no hay cosa que me aterren más que salir a la calle y subirme en un bus, es agobiante imaginar que faltan pocos días para iniciar semestre, donde esa rutina solo me produce sosobra. No sé si ustedes tengan el mismo miedo, pero en estos tiempos de tanta incertidumbre, eso es lo único que siempre me acompaña.

Las redes sociales no ayudan en nada, lo único que producen es aumentar mi incertidumbre, la gente quiere sangre, pide cabezas y lo que es peor, la muerte hoy es una fiesta, todo este caos fue magníficamente premeditado por Zygmunt Bauman. Este mundo es tan líquido que lo único constante es la incertidumbre, esa misma incertidumbre que se apodera de mí cuando voy en un bus, y nuevamente recuerdo a Bauman cuando “el otro”, que se sube en cada parada es siempre un extraño, todos los que van conmigo son unos completos extraños y por supuesto se convierten en una preocupante amenaza. Todos ellos son un peligro pues no hay certeza de nada, sólo de la incertidumbre que a todos nos carcome, la sociedad actual no es más que aquella sociedad líquida de la que tanto habló el mismo Bauman.

Con la revolución de las redes sociales y por supuesto, los medios de comunicación, el miedo puede ser tratado de diversas formas y evidentemente influye de manera determinante cómo es tratado por los medios de comunicación por su papel dentro de la opinión pública. En la última semana en las redes rodaron ladrones y atracadores por doquier y no, esos delincuentes no estaban escondidos, ellos siempre estuvieron ahí pero las redes hasta hace poco los hicieron visibles, generando mayor incertidumbre, tanto así que el sonido más temeroso para muchos es el de una moto, es el momento más aterrador que hoy se pueden vivir.

Como consecuencia del esplendoroso miedo que a todos nos invade, nacen mesías que prometen seguridad; es el discurso más barato de todos los populistas de estos tiempos. El desespero ciega a las sociedades modernas y por ello tantos mandatarios llegaron al poder inculcando miedo y manipulando, pues es la seguridad el producto más apetecido por los hombres de hoy. Curiosamente los reyes de esa misma incertidumbre son las mismas autoridades.

Estamos en una sociedad que siente miedo, en una realidad totalmente liquida, donde lo único cierto y sólido es la incertidumbre.

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