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Colombia, la selva de la corrupción


Es un hecho que hasta el año 2016 el discurso de los partidos políticos, sobre todo desde la presidencia, era acabar con la guerra, como un gran telón color sangre, y detrás, yacían elefantes blancos, que poco a poco se tomaron los entes gubernamentales y empresas privadas como su hábitat natural y mientras se daba este discurso sobre la guerra, esta especie peligrosa hacía de las suyas conjuntamente con sus cómplices; matando diariamente ciudadanos colombianos en las filas de los hospitales, dando turnos para dentro de meses, siendo víctimas de negligencia médica, y sin suministro necesario de medicinas. ¡Ah! Lo que sí hay es Acetaminofén milagroso para los pobres que cura todo tipo de enfermedad, pero nuestro sistema de salud es uno de los mejores de Latinoamérica, claro; porque en realidad la Salud en Colombia es un negocio más no un derecho fundamental y el que tiene plata goza de excelentes servicios médicos (Tampoco olvidemos la justicia, que es ciega y sorda para los ricos), pero miremos algunos de estos particulares animales:

El último Elefante blanco reconoció haber girado 11 millones de dólares entre 2009 y 2014 quedándose con varios contratos y obtener una ganancia de 50 millones de dólares. Si nos damos cuenta, la manada de elefantes tiene primos cercanos que afectan directamente la salud de nosotros(as) los(as) colombianos(as), otro elefante negó oportunidades laborales a nuestros(as) campesinos(as) de ser tratados como gente y benefició a la élite terrateniente, y a las novias de sus hijos, caso concreto el de Valerie Domínguez… y sobre todo, no seamos estúpidos(as) diciendo que el IVA subió al 19% para financiar a las FARC, porque la verdad es que ese 3% adicional es para tapar las nefastas pisadas que han dejado estos elefantes blancos. Ahora sí mejor dicho, ni me atienden bien con la EPS, ni plata para las medicinas.

Ahora en 2017, resulta que estos políticos que en sus gobiernos se involucraron en corrupción; su discurso político es anticorrupción: “investigaremos cada escándalo de corrupción y llegaremos hasta las últimas consecuencias”, “eliminaremos la corrupción, no podemos permitir que nuestro país se convierta en una Venezuela”, “ya está bueno de tanta corrupción, muerte política para los políticos corruptos”, cinismo en su estado más puro.

Es entonces que si bien, no hay medicina en los hospitales, además del Acetaminofén claro está, al menos podemos usar la píldora para la memoria al momento de ir a las urnas, no caigamos engañados, no olvidemos los elefantes blancos que tanto nos han afectado el bolsillo y lo más importante la salud de nosotros la ciudadanía colombiana, debemos elegir alguien que busque la justicia social, pero ya ese es otro tema.

¡No convirtamos a Colombia en una selva de la corrupción otra vez! ¡Despierta Colombia!

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