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‘Para allá vale $3000 y son dos carreras’


Como esta, y otras típicas frases de conductores de moto y motocarros, como “yo para allá no voy”, “está lloviendo, vale $5000”, “vale $3000 porque es media noche”; quiero titular esta columna para dar a conocer, públicamente, la grave situación estamos viviendo los usuarios de transporte público en Baranoa, situación que la Administración Municipal intervenir.

Es ilógico, absurdo y sin fundamento que un conductor exija una tarifa que ronda los exorbitantes $3000 para trasladar a un pasajero de la Plaza Principal hasta un barrio del norte del municipio. Esta situación me sucedió la noche de ayer cuando me dirigía a mi casa luego de haber cubierto el Encuentro Departamental de Danzas.

Eran aproximadamente las 10:00 de la noche. Mi compañera fotógrafa se subió en el vehículo conmigo y, como vivimos en barrios polarmente opuestos, ella, quien vive en un barrio del norte, era la primera opción evidentemente por su cercanía con en centro. Una vez llegamos a su casa el conductor del motocarro nos advirtió: “son dos carreras que tienen que pagar”. Me quedé pensando en qué habría querido decir el señor. No obstante, minutos después, cuando mi fotógrafa le pagó tres mil pesos ―lo cual me pareció alcahueta de su parte―, dijo: “está incompleto, faltan $1000”.

Luego de eso el señor conductor, con quien no guardo rencores, explicó que como nos había transportado a los dos al mismo sitio, “tenía que pagar esa carrera y la otra”, que era por la que sí había contratado su servicio, la de llevarme a mi casa. En una discusión airada aunque muy respetuosa por ambas partes, el señor argumentaba que la próxima vez que fuéramos a lugares distintos, era mejor que nos transportaramos en vehículos individuales”.

La furia y la ira que me invadió no se compara con nada. Primero porque es, con todo el respeto de usted que está leyendo esto, un argumento estúpido; y segundo, porque antes de buscar una beneficencia individual, el conductor debería optar por una ganancia mutua. Pero no, evidentemente, sólo estaba pensando en él y su gasolina.

Y este es sólo uno de los cientos y quizá miles de casos que se registran semanalmente en nuestra población, pero que infortunadamente no son reportados. No podemos seguir siendo víctimas de abusos por parte del gremio de mototaxistas o motocarristas con las altas tarifas de transporte interno; los primeros, aumentaron este año un absurdo 50 % en la cuota por carrera; y los segundos, un irracional, insensato e incoherente 100 % para llevar personas a barrios de la periferia como San José, Villa Encanto, Las Américas, La Ceiba y demás.

Absurdo, exorbitante, irracional, insensato e incoherente porque en Barranquilla, con tan sólo $2000 pesos, se puede recorrer todos los 154 km² que tiene el área metropolitana de esa ciudad con tan sólo pagar con el billete de la cara de Santander, o mejor, más actualizado, de Débora Arango, y para colmo, devuelven $100 para el chicle o lo que alcance.

El llamado es entonces a la Administración Municipal para que, así como reguló la circulación de estos vehículos en el área urbana de Baranoa mediante el pico y placa, también instaure regulaciones en las tarifas de cobro a las personas que se transportan diariamente por las calles de Baranoa.

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